«Nos ha cogido por sorpresa, nadie en marzo del 2008 podía predecir lo que ha pasado». Edmundo Portolés, director general de Ibericar Galicia; Joaquín Pérez Bellido, consejero delegado de Pérez Rumbao, y Martín Moya, director general de Moyvesa asienten para mostrar su conformidad con la afirmación de José Louzao, consejero delegado del grupo de concesionarios Louzao.
Los cuatro directivos, que participaron en un encuentro organizado por La Voz, plantearon un diagnóstico del sector de la distribución automovilística en Galicia, que se encuentra amenazado por una acumulación de vehículos en stock que suma 15.000 unidades, y una sobrecapacidad de la red comercial, que amenaza 1.500 puestos de trabajo. «O se ayuda a la venta de coches, o las fábricas se paran. Se necesitan ayudas urgentes y más ambiciosas. De nada servirá un paquete de ayudas a planes industriales si no se incentiva la demanda», advierte Pérez Bellido.
Los distribuidores insisten en la necesidad de contar medidas de apoyo directo a la compra, como las aprobadas por Francia (mil euros por vehículo) o Alemania (2.500 euros). Porque lo que está demostrado es que el Plan Vive no funciona: «Con el antiguo Prever, en solo un año se matricularon 400.000 vehículos, con el Vive solo van 2.500», aclara Bellido.
Un plan efectivo para incentivar la demanda debería completarse, según los empresarios del sector, con la supresión del impuesto de matriculaciones, una línea de crédito del ICO para financiar a los concesionarios, el aplazamiento de las cotizaciones sociales, del IRPF y de la liquidación del IVA, el apoyo con avales a los proveedores y mejoras en la logística.
El consumo se retrae
Los directivos alertan de que el retraso en la adopción de medidas más efectivas para favorecer la venta juegan en contra del mercado español. «El consumidor duda si va a haber más rebajas y ante la duda se retrae el consumo», advierte Louzao.
Mientras tanto, ¿cómo sobreviven los concesionarios a una caída tan brusca de las ventas? «Con rentabilidad cero e incluso con pérdidas», asegura Louzao. «Hemos hecho inversiones para adaptarnos al mercado, hemos pedido créditos y ahora nos enfrentamos a este problema, hay empresas con problemas financieros», aclara Pérez Bellido.
Esta situación supone una amenaza para las plantillas, aunque los concesionarios consideran que desprenderse del capital humano sería una medida muy costosa. «Se ha hecho un esfuerzo importante en la formación de recursos humanos y ahora sobra personal. Tenemos 210 personas contratadas y nos sobra gente, pero no podemos echarla a la calle», afirma Moya.
Pero la pérdida de puestos de trabajo ya ha comenzado mediante la no renovación de contratos en prácticas y temporales, y son muchos los comerciales han dejado de trabajar para los concesionarios al no serles rentable.
Ante este escenario, los distribuidores ya avanzan que habrá ajustes. Con una perspectiva a dos años de una caída de más del 25% del mercado, no todos van a sobrevivir y tendrán que ser aún más agresivos.
En el plano político, se espera que el Ministerio de Industria apruebe antes de 15 días el Plan Integral de Automoción, que actualmente negocia con sindicatos, patronales y representantes de las comunidades autónomas. Aunque ya se sabe que habrá un Plan Vive II, el borrador del programa de estímulo no incluye ayudas directas a la adquisición de coches, lo que constituía la principal petición de los concesionarios.
